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jueves, 13 de enero de 2011

EL EMPERADOR:

El Emperador (Ricardo Mora) fue también obra de nuestros primeros tiempos. Vino de la idea de una de esas representaciones corticas muy abundantes en actos culturales de colegios y de programas humorísticos de televisión.
El protagonista era una combinación de emperador romano, rey griego y faraón egipcio. Un secretario (Rudy Reinoso) era el responsable de ejecutar sus órdenes. Todo comenzaba con la exigencia de que le consiguieran unos papeles importantes. Ante si comparecieron diferentes sabios y al no satisfacer sus órdenes eran inmediatamente llevados a que se les cortase la cabeza (traían documentos y papeles, mas no precisamente los esperados), las que les presentaban después como prueba de que se había cumplido su mandato. Habiendo acabado con todos sus sabios (en nuestro caso solamente utilizamos tres, a los otros los mantuvimos en la clandestinidad y fueron los que llenaron al mundo con sus saberes) la siguiente instrucción le fue notificada al secretario, quien debía conseguir esos papeles importantes, so pena de terminar como los que le precedieron en la búsqueda.
De pronto el emperador salta de su trono, pleno de alegría, corre hacia su secretario que hace una entrada triunfal con los dichosos papeles que tantas vidas habían costado: un rollo de pérculo, papel tualet, papel sanitario o como se le quiera llamar…

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