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martes, 17 de abril de 2012

CONTINUANDO LA CELEBRACIÓN DE LOS 40 AÑOS

El pasado 14 de abril de 2012 volvimos a reunirnos en las que se puede decir que es nuestra sede-salón de fiesta en Charallave, el hogar de Elizaida y Tello.
Un encuentro muy ameno, delicioso y reconfortante para nosotros (no exagero al decir que ha sido así desde que comenzamos estos). Estuvimos Cheo, Ronald, Tello, Elizaida, Ricardo y yo.
Lo iniciamos con un paseo por el pueblo, en el cual recorrimos la ruta desde el terminal del tren hasta nuestro destino, con parada intermedia para completar los bastimentos. Inagotables fueron los temas que compartimos. Noche con el nacimiento de una luna creciente y estrellas cubriendo el cielo que dos cortes de electricidad en la zona hicieron más visibles y relajantes.
Las fallas le dieron un caris diferente. Nos permitieron estar como en un paseo en una montaña, en donde los artificios no interrumpían… Restaurada igualmente continuamos hasta casi el amanecer.
Un amanecer que nos trajo la agradable sorpresa de ser llevados hasta una casa cercana a escuchar esa música de nuestros inicios: el rock. Allí ensayaban sus temas los Red Jam (si no interpreto mal su nombre).
Levantados con el sol luego del merecido y mecido descanso en hamacas, el desayuno suculento. Por supuesto que no faltó el sancocho dominguero, y finalmente el regreso con la promesa de una próxima reunión y de poder contar con más de nuestros amigos Los Alegres Caminantes y con amigos de los amigos.
Comparto con todos unas fotografías tomados por Ricardo y por mí.

jueves, 29 de marzo de 2012

MAÑANA SERÁN CUARENTA Y HOY LOS SON TAMBIÉN

Miércoles 29 de marzo de 1972, el primero de una nueva serie de emociones y el último de otras que desde meses atrás veníamos planificando, preparando y esperando.
Llegamos granadamente a casa de “Yoryi”. Compartimos alegremente con su familia y dimos los toques finales a nuestras intenciones. Ahí nuestro punto de encuentro y a un tiempo el de la salida. Intercambiamos cualquier tipo de conversa y chistes, brotados espontáneamente.
Sutil y “Yoryi” fungieron como líderes del grupo. Orientaban la organización. Daban toques y detalles que en algunos casos “nos entraban por un oído y salían por el otro” (ellos no podían evitarlo, éramos amigos).
A medida que pasaba el tiempo por el otro lado del mundo el sol se iba acercando a su cénit. En la sala, en el comedor y en uno de los cuartos los “invasores” íbamos siendo acomodados para esperar descansados el nuevo día… El levantarnos debía ser antes de que notáramos la presencia del “astro rey”.
Armoniosamente se dieron los pasos. Cada uno de nosotros con su morral llevando lo que consideraba esencial para un viaje a la montaña (y con lo que en la noche anterior le habían recargado para compartir las cargas)… Hacia esa montaña que da protección a la Caracas de una Venezuela que continúa buscando lo mejor para sus habitantes. Nuestro destino en el Pico Naiguatá, el refugio “Miguel Delgado”.
Jueves santos como aquel que dio nacimiento a un nuevo país. 30 de marzo de 1972, el día que vieron su génesis los que más adelante seríamos Los Alegres Caminantes.
Los Alegres Caminantes