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martes, 27 de enero de 2015

LA HISTORIA

Con la promesa de un futuro mejor me encontraba estudiando en la Escuela Técnica Industrial del Oeste, semillero de pensamientos progresistas, que no llegaba al comunismo. Donde discutíamos sobre los problemas del país: como las futuras nacionalizaciones del hierro y el petróleo, con lo que no estábamos de acuerdo por su forma antipatriótica y entreguista. Muchas fueron las protestas y marchas en las calles, en las cuales se nos unían otros liceos del oeste caraqueño donde conocí en carne propia la detención policial y la desaparición de estudiantes…
Tenía como compañeros de estudios a Jorge Canelón, Miguel Mora y Antonio Molina. Una mañana los escuché que hablaban sobre una discusión que tendrían sobre un tema social (drogas, infancia abandonada y algunas otras). Les pregunté que en cuál clase y me dijeron que pertenecían a un recién formado grupo juvenil en su barrio. Que se reunían en la platabanda de una casa. Ese planteamiento me motivó y les pedí que me llevaran, lo cual aceptaron… Y así, en una tarde del año 1972 fui a dar a las calles de la parte alta de Altavista… ¡Y con gran sorpresa me encuentro con caras conocidas de la Escuela Industrial, como lo eran Alberto Vásquez y Rudy Reinoso. Con ellos había hecho periodismo humorístico con una grabadora de casettes, entrevistando a los muchachos de dicha escuela. Este encuentro, o mejor dicho, reencuentro, causó en mi una ruptura con anteriores círculos de amistades: desde ese momento pasé a formar parte de Los Alegres Caminantes. El tiempo no era el mismo, ya que siempre teníamos algo que hacer. En tan solo unos días planeamos una primera presentación para recaudar dinero y así financiar una excursión.
Hacíamos unos títeres en una platabanda, que resultó ser la de la casa de Alberto. Sin saber cuándo ni dónde los presentaríamos. Enseguida empezamos a ensayar para lo que sería nuestro Programa Cómico-Musical. Alguien nos consiguió un local en la avenida Sucre para continuar los ensayos. No sé de qué forma una institución de la Presidencia de la República (Promoción Popular), se enteró de nuestros planes y nos mandaron a un representante para invitar a dos de nuestros integrantes al Primer Seminario de Teatro Popular de Venezuela, organizado por dicha institución y el Ministerio de la Juventud en la Ciudad Vacacional de Los Caracas. Por nuestro grupo fuimos escogidos Eliseo Torres y yo.
Durante una semana estuvimos debatiendo, estudiando, ensayando y compartiendo con otros grupos de Venezuela. Los que recuerdo: Ráfaga de Propatria, Pasos de Maracay, un grupo del barrio Isaías Medina, Kennedy de Macarao y otro de la parroquia La Pastora. Los amigos conocidos en este evento: “Ramsés” y “el loco” Angulo del Ráfaga, Jaqueline Notaro de Kennedy, Orlando Marquina quien vino de La Pastora. Y el profesor David Trejos, quien nos dio clases de teatro en dicho seminario y el cual se interesó mucho en nuestro trabajo, ayudándonos en el montaje de nuestra primera presentación, convirtiéndose en pieza fundamental para nuestro grupo, abriéndonoslas puertas de Promoción Popular, y a los siguientes seminarios y cursos de teatro. Muchos cuentos surgieron de este seminario… pero siento que me estoy desviando de la historia del grupo…
Me quedé en un local de la Avenida Sucre (Catia) para continuar los ensayos, luego el escenario del Colegio Agramonte. La tarde del debut, sorpresa: lleno total y éxito de la presentación, al extremo de que la gente no se quería ir, querían más.

Pienso que esa tarde nosotros, que éramos muchachos locos, aventureros, creamos nuestra propia religión, cuyo templo era el teatro… (se me olvidaba decir que mi debut en las tablas fue en el escenario de la Ciudad Vacacional de Los Caracas, en el ya comentado Seminario de Teatro Popular, con una improvisación creado por mí).

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