El grupo en un principio se creó
como grupo juvenil que convocaba a discusiones de problemas sociales, luego
terminaría siendo el grupo de teatro popular número 1 del sector oeste de Caracas.
Se fundó en base al excursionismo y en ese contexto puedo decir que cada vez
que podíamos y las actividades teatrales no lo impedían, planeábamos algún
viaje. Al principio lo hacíamos en autobuses, pero pasado el tiempo Rudy compró
un vehículo rústico Land Rover, conocido como el Jeep de Rudy, y el cual
usábamos como transporte en nuestros viajes… Pero… Pero siempre había un
“puente” o unas vacaciones en la cual planificábamos un viaje y le planteábamos
a Rudy ir en el “Jeep”. El ponía como excusa que los cauchos que tenía no
servían, que estaban muy desgastados… Terminábamos entonces recolectando dinero
para comprar los cauchos. Pasaban 3 o 4 meses y nos planteábamos otro viaje y
resultaba la misma historia con los cauchos… y nosotros haciendo “la vaca” de
nuevo. (Creo que Rudy montó una reencauchadora y que nos resultaba más barato
seguir viajando en autobús).
Tratando de hacer memoria me
vienen recuerdos de algunos viajes, como el que realizamos a Los Caracas en
autobús: Canelón, Antonio, Cheo, Chicho (Antonio Rojas), Roberto García, Makibo
y yo. Nos dirigíamos a la piscina, la cual yo no sabía que era de agua salada.
Al llegar a ella y ver los toboganes todo el grupo comenzó a lanzarse. Me llegó
el turno de hacerlo. Al llegar al agua y darme cuenta que era salada, sentí que
se me fueron los tiempos y me estaba ahogando (por pensar que había caído en el
mar). Cuando reacciono y trato de subirme a la espalda de Cheo para salir de la
piscina éste creyó que lo estaba ahogando a él también… En esa piscina no
permitían que la gente se bañara en pantalones largos y uno de los muchachos no
había llevado traje de baño, y cada vez que se metía se presentaba un negro que
era el salvavidas y lo obligaba a salirse. Fueron muchos los intentos, pero
siempre aparecía el negro y lo sacaba (no llegaba a durar ni 3 minutos en el
agua). Fue tanto el fastidio del salvavidas que de regreso en el autobús hacia
Caracas, cada vez que ese muchacho se estaba quedando dormido nosotros le
gritábamos: ¡Viene el negro, viene el negro!... y este separaba sobresaltado.
Otro viaje de impacto fue un tour
por la región del occidente del país. Lo realizamos en el jeep de Rudy, hacia
los pueblos del sur del Estado Lara hasta llegar a la población de Biscucuy. En
este viaje fue el velorio de “trapito”, que era una franela que tenía puesta
uno de los muchachos y la cual se la rompieron encima (de esto quedó la foto
“orando por el trapito”.
Otro punto fue el del gallo que
apareció en una carretera solitaria cuando uno de los muchachos propuso que nos
paráramos para agarrarlo. Así lo hicimos, pero cuando nos bajamos del vehículo
para atraparlo (no sabemos de dónde) aparecieron unos tipos mal encarados y
armados con unos machetes, teniendo nosotros como respuesta que pegar tremenda
carrera, montarnos en el jeep y salir picando cauchos.
Y la historia del señor que casi
se toma completa la única botella de ron que a duras penas habíamos comprado.
Por el camino compramos una botella de ron, llegamos a una casa que nos había
prestado un tío de Rudy para pasar la noche. Apenas nos habíamos instalado se
desató un pequeño diluvio que duró como dos horas, con neblina y su
correspondiente dosis de frío. Alguien se acordó de dicha botella, que se había
quedado en el carro, pero ninguno se quería mojar, teniendo que esperar que
cesara la lluvia para traerla. Cuando al fin la fuimos a buscar se apareció el
señor, mayor, que al ver la botella nos pidió un trago y al concederle el mismo
casi que se toma la botella completa, teniendo nosotros que arrebatársela, quedando
como cuatro dedos de licor con el resultado de quedarnos pelando y con frío,
porque donde estábamos no había donde comprar otra.
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