Un lugar favorito de reuniones
informales para el grupo era la esquina de la calle El Tanque, en la parte alta
de Altavista, sitio de encuentro cuando no teníamos actividades de teatro. Más
que esquina era una curva continuando con una bajada que tenía como atributo
principal la casa de los hermanos Benavides, principalmente, Yajaira y Violeta
(por lo cual era fácil encontrar a Eliseo). Esta esquina-calle nos sirvió de
lugar de esparcimiento, cancha de futbol, de pelotica de goma, juegos de mimos
y otros. También para hacer “la vaca”, comprar la botella y pasar la noche
echando cuentos. Sitio en el cual la policía en más de una oportunidad nos pegó
contra la pared, pidiéndonos cédula, no sólo para mostrar la represión, sino
para joder la paciencia, porque ellos sabían que en ese sitio no había
delincuentes.
Ese mismo lugar fue escenario de
una situación de violencia en la cual se vieron involucrados unos miembros del
grupo al darle un ataque de locura al padre de una de las muchachas (Mireya
Rivas), el que pensaba que su hija estaba empatada con un malandro. Arremetió
contra los muchachos que se encontraban en dicha esquina esperando para ir a
una fiesta en la casa de hermano de Miguel Mora en San Agustín del Sur. En
medio de su locura el señor lanza una piedra con “tan buena puntería” que se la
pegó a Saudy Romero, quien venía saliendo de su casa y no sabía lo que estaba
pasando, rompiéndole el cuero cabelludo. Terminando la situación en hospital y
policía, motivo por lo cual los muchachos no pudieron asistir a la fiesta. En
mi caso, sí asistí y ésta fue un éxito. Corría el licor como río, la comida fue
abundante, las mujeres eran mayoría y la música de lo mejor, mientras Miguel y
yo nos preguntábamos ¿por qué los muchachos no han llegado?
Estábamos buscando cuadrar con
alguna muchacha de dicha fiesta, cosa que logramos, y como “por mano de Dios”
salió la oportunidad de ir en un carro a comprar pollo en brasa. De esta manera
terminamos, el dueño del carro, Miguel y yo en un “3 pa´3” en la Plaza
Madariaga, y yo con una invitación a ir a Maracaibo a casa de la chica, lo que
lastimosamente no se pudo realizar.
Nota: para nuestro propio uso identificábamos esta esquina como la "Esquina de Eliseo", ya que allí nuestro amigo tenía su "cuartel general de enamorado".
Nota: para nuestro propio uso identificábamos esta esquina como la "Esquina de Eliseo", ya que allí nuestro amigo tenía su "cuartel general de enamorado".
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